Aunque el verano se nos antoja que aún está con nosotros, pues el calor y los días soleados siguen acompañándonos, la realidad es que el otoño ya está aquí, y si el verano ha sido algo especial en Mallorca, con tremendas tormentas como la que azotó Banyalbufar y días especialmente desapacibles, probablemente este otoño que acaba de empezar no será especialmente suave, como lo demuestra el clima de estos últimos días.

Llega el otoño y con el, nuevos peligros en nuestras carreteras

El otoño es una época del año que no viene exenta de riesgos para el conductor, con esta nueva estación nos encontramos con fenómenos atmosféricos como, las nieblas, las bajadas de temperaturas bruscas, y en general con un clima bastante más inestable.

Tampoco podemos olvidarnos que la reducción de horas de sol trae consigo una iluminación más deficiente cuando cae la tarde, propiciando el deslumbramiento por parte de otros vehículos, por lo que hay que estar preparados en los cambios de rasantes y sobre todo en carreteras o vías pequeñas.

El mal tiempo y la perdida de adherencia en el firme

Con el otoño y el mal tiempo, aparecen las lluvias repentinas y abundantes, que pueden provocar pequeños desprendimientos y arrastrar a la vía barro, graba, piedras o vegetación muy resbaladiza, y por supuesto el mismo agua de la lluvia.

No menos importantes es la caída de las hojas de los arboles, que podemos encontrar tanto en vías urbanas como interurbanas. Las hojas de los arboles son muy resbaladizas, más aun cuando el suelo está húmedo por la lluvia o por la propia capa de hojas que no deja que el sol seque el pavimento oculto bajo ellas.

 

¿Cómo prevenir accidentes en otoño?

Por tanto, si tenemos en cuenta los datos anteriormente mencionado, cabe tener en consideración y como precaución importante, los siguientes consejos:

• Extremar la precaución al salir a la carretera cuando se prevén tormentas o fuertes vientos, pues cualquiera de estos fenómenos atmosféricos puede hacernos perder fácilmente el control de nuestro vehículo y hacernos salir de la vía.
• Aunque como es obvio está prohibido y por tanto no debemos de hacerlo, es recomendable prestar atención especial en no pisar o circular por los arcenes después de lluvias intensas, pues en esta época del año, suelen estás más sucios por esos motivos, y el barro y la gravilla los convierten en «pistas de patinaje» a muy bajas velocidades.
• Si nos encontramos en medio de una tormenta o con lluvia intensa, independientemente de la hora del día, debemos circular con las luces encendidas, y si la circulación se convierte en peligrosa, abandonar la vía por un lugar seguro y resguardado hasta que pase la tormenta.
• Vigilar las zonas en que la vía está en la falda de una montaña o bosque, pues las lluvias pueden haber dejado tras de si restos de barro, hojas, ramas, gravilla o barro. Debemos circular con precaución y a baja velocidad para detectar con suficiente tiempo estos obstáculos en la vía.
• Tener en cuenta las distancias de frenado. Venimos de una estación seca, en la que la frenada se realiza en menos metros, el otoño y su climatología va a variar esta distancia de frenado, incluso en más de un 50% debido a las lluvias y las hojas mojadas.
• Tener los elementos pasivos de seguridad en perfectas condiciones, como los neumáticos, limpiaparabrisas, señales luminosas o triángulos de avería y un correcto reglado y alineado de las luces de nuestro vehículo.
• Las luces antiniebla, que podrían entrar en la recomendación anterior, pero que hacemos hincapié en ellas, debido a que no serán de extrañar las nieblas matinales o incluso por sorpresa al caer la tarde.

Resumen

En definitiva, si siempre es imprescindible tener nuestro vehículo en perfecto estado, en otoño es aún más importante para nuestra seguridad y la del resto de conductores y viandantes, pues salimos de una estación que seca y más estable a una más inestable y húmeda, que nos puede pillar con la guardia bajada.

 

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