Cuando pintamos un coche, hemos llegado al último paso en su proceso de reparación. En este sentido, pese a disponer en la actualidad de los más modernos sistemas de pintura para vehículos, la fase de imprimación del color es una de las más delicadas e importantes del proceso. Cualquier error se notará a leguas.

La pintura: último paso en la reparación de la carrocería

Es importante hacer una apreciación: un coche no puede pintarse a mano de forma doméstica. En primer lugar, porque el resultado será nefasto. En segundo lugar, porque las pinturas para vehículos contienen una gran cantidad de productos químicos que, si no son aplicados por un profesional, pueden resultar muy tóxicos para la salud.

Por ello, lo más adecuado es que lleves tu vehículo a un taller de chapa y pintura de confianza, como el nuestro de Palma de Mallorca. La experiencia en este tipo de procedimientos y su elaboración por profesionales cualificados, son garantía de un resultado espectacular.

La preparación de la superficie a pintar

Este es el primer paso a la hora de pintar nuestro vehículo. Es una fase fundamental, puesto que la imprimación previa cumple dos grandes finalidades: protege la chapa de nuestro coche de la corrosión y también embellece su exterior. En este sentido, debemos preparar muy bien la superficie y dotar al vehículo de una buena base previa a la pintura. La laca no debe imprimarse directamente sobre la propia chapa o sobre las masillas que rellenan el coche. Por el contrario, el lacado debe estar aislado de los elementos interiores del coche.

Así pues, lo primero que debemos hacer antes de ponernos a pintar el coche es limpiar muy bien la superficie a tratar. Así, eliminaremos cualquier resto de grasa, de aceite o de producto que se haya usado para reparar la carrocería. Con esto contribuiremos, además, a que la laca se adhiera muy bien a las superficie de nuestro coche.

¿Con qué materiales se pinta un coche?

Lo habitual es que se utilice un equipo de pulverización compuesto por un sistema generador de aire comprimido, que abastece de presión a una o varias pistolas de pulverización. Con la pistola se consigue un acabado perfecto y uniforme. Como ya hemos adelantado anteriormente, para aplicar este tipo de pintura especial se necesitan unas herramientas especiales que no se venden al público general. Además, el proceso de pintar un coche emite muchas sustancias tóxicas, por lo que es necesario realizarlo en un habitáculo preparado específicamente para ello.

Pero no será suficiente con una sola imprimación, sino que tendremos que aplicar una segunda capa para que el resultado sea mucho mejor.

¿Cuáles son las características que debe reunir una buena imprimación?

La imprimación es la base de la pintura final de nuestro vehículo. Un buen fondo para nuestro coche debe reunir tres elementos básicos: que sea muy cubriente, que se lije con facilidad y que su acabado sea muy homogéneo.

Además, lo más recomendable es utilizar una imprimación muy densa. Sin embargo, esta es la opción más cara, puesto que debido a su grosor, esta laca especial tendrá que ser aplicada mediante un catalizador.

Una vez hayamos aplicado esta base, la superficie debe ser pulida con unas lijas muy finas hasta conseguir un tacto suave y sin imperfecciones. Ahora nuestro vehículo está listo para ser pintado.

¿Cómo es la fase de pintar el vehículo?

Una vez preparada la superficie de nuestro coche, llega el momento de pintar. El resultado de un buen proceso de pintado dependerá de la pericia que tengan en el taller de chapa y pintura con la utilización de la pistola y la calidad de la pintura para coches que se use. La técnica utilizada y la experiencia de nuestro pintor será fundamental a la hora de obtener un acabado perfecto.

¿Qué tipos de técnicas para pintar coches existen?

El aspecto exterior de un coche puede cambiar totalmente dependiendo de la pintura que se utilice y de la técnica empleada. Así pues, a un coche antiguo o descuidado podemos darle una segunda vida aplicándole una buena capa de pintura. Parecerá recién salido del concesionario.

Asimismo, dentro del mundo automovilístico podemos encontrarnos coches que cambian de color dependiendo de la luz del sol. Este efecto se consigue con un sistema de imprimación denominado «tricapa». Además, dependiendo del acabado que más nos guste, la técnica utilizada para pintar será una u otra.

Sistema monocapa

En este procedimiento se utiliza solamente una imprimación de pintura que comprende todas las necesidades protectoras y embellecedoras. En solo una aplicación se pinta el coche sin necesidad de aplicarle ningún tipo de barniz o laca final. Así pues, este sistema monocapa es el más recomendable cuando no se trata de colores metalizados, sino que con él obtendremos unos resultados óptimos con colores sólidos.

Su característica principal es la rapidez en su aplicación y su alta dureza. Es la técnica más utilizada en la mayoría de vehículos con un resultado mate.

Sistema bicapa

Se compone de dos fases: una aplicación de una base color que proporcionará los efectos visuales de la pintura y el barniz final. Este es el sistema que siguen los colores metalizados. La mayoría de coches utilizan este tipo de pintura para su acabado final.

Sistema tricapa

Este tratamiento del color supone dotar de efectos especiales al acabado de la chapa de nuestro coche. En este sistema se utiliza una capa base que normalmente es perlada y que proporciona un efecto de profundidad al resultado final. Finalmente, se aplica un barniz que proporcionará a nuestro vehículo un acabado brillante y duro.

En definitiva, la pintura es la parte que embellece a tu coche, pero también la que le proporciona dureza a la chapa evitando imperfecciones y golpes. Lo fundamental para que el resultado de una buena imprimación sea óptimo es que el taller de chapa y pintura que elijas sea muy profesional y esté dotado de los elementos técnicos que garanticen un buen acabado. En función del resultado que desees obtener, la elección de la pintura para coches será otro elemento a tener en cuenta.

 

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